viernes, 27 de febrero de 2009

La claridad de un zarpaso
Nos lleva al sitio menos pensado.
Recuerdo la tarde,
Mi piel moviéndose en las sabanas,
Su boca como un espejo de la mía: sonreía.
Y como un golpe seco
La felicidad se desbordaba en lágrimas
Eran suyas… las sentía caer en mi hombro sudado.
La nostalgia, la vieja tristeza, el temor empezaron a aparecer,
Escuche balbucear muchas palabras,
Mientras besaba su cuerpo y pedía calma.
En un abrazo volvimos a fundirnos,
Dándonos cuenta que la música de fondo continuaba.
No recuerdo bien si miraba el techo o su espalda mientras descansaba
Se que yo no pude dormirme, que necesite mirarla todo el tiempo
Para cumplir la promesa que le había entregado minutos antes.

No hay comentarios: