La claridad de un zarpaso
Nos lleva al sitio menos pensado.
Recuerdo la tarde,
Mi piel moviéndose en las sabanas,
Su boca como un espejo de la mía: sonreía.
Y como un golpe seco
La felicidad se desbordaba en lágrimas
Eran suyas… las sentía caer en mi hombro sudado.
La nostalgia, la vieja tristeza, el temor empezaron a aparecer,
Escuche balbucear muchas palabras,
Mientras besaba su cuerpo y pedía calma.
En un abrazo volvimos a fundirnos,
Dándonos cuenta que la música de fondo continuaba.
No recuerdo bien si miraba el techo o su espalda mientras descansaba
Se que yo no pude dormirme, que necesite mirarla todo el tiempo
Para cumplir la promesa que le había entregado minutos antes.
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