jueves, 20 de septiembre de 2007

Laura ve y las pequeñas muertes

Creo yo, que en la vida sufrimos de pequeñas muertes.
A mi muchas veces me mato el amor, una vez me mato la inocencia un hijo de puta, otras veces me mataron los amigos (algunos claro).
Con septiembre, cada año, comienza una de mis pequeñas muertes, continua la agonía durante el mes, con algunas marcas de sobresalto y la pequeña muerte termina de aparecer con la llegada la primavera.
Igual poco me preocupo ya… se que con el correr de los días llegara octubre, y así reviviré, aunque este año sospecho que octubre también albergara una pequeña muerte...Que se dará, sospecho yo, en el traspaso de la noche del 10 a la madruga del 11…ya que me será inevitable pensar que en el traspaso de esos días en el año anterior escribí muchísimo para el ultimo amor que me mato, muerte que mas dolió si de lo que hablamos es de amor(fue la primera vez que moría enamorada)
La memoria para mí, aunque esto suene mal, es un factor de muerte, es que tengo tanta memoria para recordar, palabras, gestos, momentos, marcas que quedan dentro de una en fin…que a menudo la memoria me mata al recordar…y así es como muero de nostalgia si es que no llego a morir de pena.
Pero ojo, no se crean que las pequeñas muertes, que todos tenemos, que nos arman y desarman a lo largo de la vida, son pequeñas muertes malas…hay veces (y puedo decirlo porque lo experimente) que la llegada de alguien, también es una pequeña muerte…porque abandonamos algo que fuimos y con esa llegada también llega algo nuevo dentro...Por Ej. Yo no sabia lo dulce que podía ser con una niña recién nacida hasta que en mis brazos tuve a mi primer sobrina: catalina, ese día murió mi yo miedoso de cargar a un bebe recién nacido.
También como lo ah dicho Galeano, morí en abrazos, en besos, en orgasmos, en despedidas y en ausencias…en la vida señoras y señoras creo yo que tenemos pequeñas muertes…eso si…como alguna vez en una poesía escribí, espero que mi muerte literal sea cuando yo este muy muy vieja.

2 comentarios:

mercedes dijo...

yo mori el febrero pasado y fue la muerte mas rotunda que tuve, solo existían la tierra (los adoquines de la calle) y enseguida nomás el cielo (un cielo gris encapotado) me hacían suponer que lo que habia en el medio (los cuerpos, las casas, mas arriba los edificios con los aviones y todo lo que se edificaba, pasaba, o volaba mas arriba del suelo) no existía, de repente se habia evaporado o nunca habia estado, no se, no pensé ni reflexione sobre lo que habia pasado, la cuestión es que de un día para otro ya no habia nada, mas que cielo y suelo.
Cielo y suelo y yo, caminando en un espacio que no existía, entonces digamos que no caminaba, respiraba el aire de ese espacio que no existía, entonces no respiraba y asi llegue a la conclusión de que yo tampoco existía.
Andaba, era el único cuerpo extraño que habia quedado después del vaciamiento, y no me habían dejado ahí para disfrutar del ultimo minuto de gloria, todo lo contrario, me habían castigado, me habían abandonado, todos estaban viviendo otras vidas en otros espacios y yo ahí sola, estando y no estando a la vez, como un holograma.
me encanto tu post, y me encanta morirme de vez en cuando, pero que no dure mucho.

Laura ve dijo...

Florencia:
no se si leeras
pero no tuve otra manera mas que esta para "contestarte".
es muy bello lo q me dejaste de firma...si hay posibilidad alguna de contactarte,decime como.
blog,mail,flog...lo que sea...
un saludo y espero q paseando algun dia leas esto y respondas